
Querida Abuela.
Este año la carta de Navidad no se la voy a escribir a los Reyes Magos, este año te la escribo a ti.
Ya han pasado tres meses, y me hubiese gustado mucho que esta Navidad hubieses estado aquí. Este año me está costando mucho trabajo decir aquello de "Feliz Navidad", sólo lo he hecho por escrito y por educación en respuesta a las felicitaciones que me han hecho a mi. No es que no crea que no vayan a ser felices, sino que no me nace...
Este año voy a pedir que allí donde tú estés, celebréis la Navidad, que cantéis villancicos y comáis turrón, y que de algún modo, llenéis los asientos que habéis dejado aquí vacíos. Aunque en mi corazón estarás, esta Navidad, y siempre.
Te pido, Abuela que veles por Raquel, que siga tan feliz, tan buena, tan sana y tan linda como hasta ahora.
También te pido, aprovechando que estás cerquita de Dios, que hables con Él, que le digas que cargue en la mochila de los Reyes Magos, o de Papá Noel, según sea el caso, un poco de sentido común, para que esté presente en todos los hogares. Sentido común para cuidar el planeta; sentido común para educar a nuestros hijos, los cuales heredarán el planeta que les dejemos; sentido común para todo en general, porque así quizás funcione mejor todo.
Y ya de paso algo de cordura, respeto, honestidad, bondad, sinceridad, justicia, solidaridad... que no perdamos los valores morales, y si los perdimos, que sean repuestos, y podamos enseñarlos a nuestros herederos.
No se si es mucho pedir. Este año me aprovecho porque tengo enchufe.
Abuela, querida, te echaré de menos, pero se que estarás feliz.
Te quiero siempre.